EN MEDIO DE LA TEMPESTAD


Pero se levantó una gran tempestad de viento y echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se anegaba. Y él estaba en la popa durmiendo sobre un cabezal; y le despertaron, y le dijeron: Maestro ¿no tienes cuidado que perecemos? Y levantándose, reprendió al viento, y dijo a mar: Calla enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza. Y les dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe? 
 Marcos 4:37-40

Cuando se levantan tempestades en la vida hasta el punto de comenzar a anegarla, se puede responder de diferentes formas, podemos responder con desesperación, desánimo y apatía, en nuestras propias fuerzas o andar en fe, sujetándonos de la gracia que Dios nos brinda reconociendo que solo en él tenemos apoyo, fortaleza y dirección incondicional.

La percepción humana y limitada de los discípulos era “ya se anegaba” y así es en nuestras vidas cuando desesperamos o perdemos la paz. De vez en cuando nuestra vida comienza a anegarse y no de agua, sino de problemas económicos, sentimentales, familiares, etc…es normal que nuestra primera reacción no siempre sea la mejor (aunque eso es algo que debe cambiar), pero inmediatamente después ¿Cuál es nuestra reacción?. El entregar a Dios nuestros miedos, dudas e inquietudes es una cuestión de acción y actitud que son nuestra responsabilidad, Dios está encantado de coger todas nuestras cargas y hacernos descansar en él, pero debemos soltarlas de una vez y no seguir peleando en nuestras fuerzas al mismo tiempo que pretendemos entregárselo a Dios.

Mientras Jesús “durmiendo sobre un cabezal”, Dios siempre tiene la situación bajo control en todo momento, ¿no vamos a confiar en el todopoderoso y creer que su voluntad es perfecta?, ¿Vamos a dudar de su grandeza?, ¡con razón dijo Jesús a sus discípulos! “¿Cómo no tenéis fe?”.

De estos breves versículos obtenemos, entre otras, dos valiosísimas lecciones que sería bueno no olvidar:

La primera es que Dios siempre está en control de todo y si las circunstancias nos hacen dudar lo más mínimo, solo tenemos que acudir a su palabra:

"Y sabemos que á los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados" 
 Romanos 8:28 

"No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia" 
 Isaías 41:10

Isaías 45:6-7, Mateo 19:26, Jeremías 29:11, Mateo 6:34, Josúe1:9, 1 Crónicas 29:11, Isaías 55:8-11, Mateo 10:29

Dios nunca nos desampara, incluso cuando fallamos, cuando somos infieles él es fiel. Qué gran descanso tiene nuestra alma cuando ese entendimiento se hace palpable y claro como la luz del día, solo Dios es siempre fiel.

La segunda lección que podemos obtener, es que Dios nos dio una fe para que la ejercitemos y hagamos uso de ella creciendo en obediencia y santidad experimental. Dios llama a diligencia y rendición total de nuestro ser cuando de servirle se trata, nuestra vida debe ser una vida de servicio como lo fue la de Jesús.

No olvidemos que la fe, es evidenciada por obras y frutos:

“Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma” 
 Santiago 2:17

Que tenemos el sublime ejemplo de Jesús como autor y consumador de la fe:

“Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios”
 Hebreos 12:2

Que la fe implica FE:

“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” 
 Hebreos 11:1

El ejercitarse en la fe es un mandato divino:

“Respondiendo Jesús, les dijo: Tened fe en Dios” 
 Marcos 11:22

Os exhorto y me exhorto a tomar el tiempo necesario para reflexionar sobre estas cuestiones, realizar un auto análisis de nuestra forma de vivir a la luz de las escrituras y poner a prueba los pilares que sustentan nuestra vida.

Es tiempo de ser sincero con uno mismo, rogar a Dios que nos dé luz sobre estas cuestiones y el Espíritu Santo nos revele todas aquellas que deben cambiar. Tiempo de dejar todo modo de caminar en nuestras propias fuerzas y tratar de hacer todo como nosotros consideramos oportuno, porque si seguimos así, nuestra barca se anegará de problemas pero no estaremos dependiendo de la ayuda de aquel que puede hacer que se calmen la tormenta y la tempestad.

Roguemos por quebrantamiento y dependencia de Dios, bendita dependencia, la deseo en mi vida cada vez más, deseo ser débil y que Dios sea la fortaleza en mi para absolutamente todo.

Estoy seguro de que si ese es nuestro sincero anhelo, Dios obrará en su tiempo y a su modo en su perfecta voluntad.

Que Dios haga que esta palabra cale en nuestros corazones, seamos esforzados y valientes en medio de la tempestad caminando en fe por su gracia.



Soli Deo Gloria

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